A pesar de los esfuerzos combinados de los baristas innovadores y entrometidos, resulta que el secreto para lograr la taza de café de prensa francesa perfecta es simplemente esperar un minuto (literalmente). Lo que queremos decir es que añadas la mitad del agua, dejes que el café «florezca», y luego añadas el resto del agua.
Las cafeteras de prensa francesa constan de tres partes: una jarra, un émbolo y un filtro. El café molido se empapa en agua, se remoja y luego se separa del café preparado. Este método manual extrae de manera efectiva más de los aceites naturales del sabor del café que cualquier otro método de preparación, haciendo de la prensa francesa la mejor herramienta para lograr una taza de café robusta y con cuerpo. Además, algunos de los microsedimentos naturales y sabrosos en tu café molido pasan a través del filtro, lo cual puede ser bueno si te gusta el café con un sabor rico y una textura agradable (juego de palabras intencionado).
Para sacarle aún más provecho a tu prensa francesa. Vierte solo la mitad del agua que normalmente usarías sobre tu café molido y revuelve continuamente durante un minuto. Esto permite que el café florezca, mejorando el sabor y creando un gusto mejor.
Una proporción de 1 onza de café por cada 16 onzas de agua es ideal para tu lote total de prensa francesa, lo que se traduce aproximadamente en 2 cucharadas colmadas de café molido por cada 2 tazas de agua. Para el primer vertido, usa 8 onzas de agua. También puedes añadir una o dos cucharadas extra de café molido si prefieres una taza más fuerte.
Todo se trata del florecimiento
En el mundo de los baristas, «florecer» se refiere al proceso químico que ocurre cuando viertes agua hirviendo sobre tu café molido y esas pequeñas burbujas suben a la superficie. Esas burbujas son dióxido de carbono, que queda atrapado en los granos durante el proceso de tostado. Es un subproducto natural, pero su presencia interfiere con la extracción de esos sabores delicados y matizados del café molido (las notas cuidadosamente elaboradas por las que pagas extra en las tostadurías artesanales). Un florecimiento ideal utiliza solo la cantidad suficiente de agua para saturar completamente el café molido; el resto del agua se añade después de un breve momento de espera para que esas burbujas suban y escapen.
Después de un minuto completo de sumersión y agitación, vierte el resto del agua en tu prensa francesa, coloca la tapa y deja que el café se empape durante otros tres o cuatro minutos. Luego, simplemente presiona lentamente como lo harías normalmente y disfruta de tu taza de café robusta y rica.
Asegúrate de usar solo café molido grueso en tu prensa francesa para asegurarte de que no pase a través de la pantalla del filtro (¡hola, residuos flotantes!) o se extraiga en exceso y cree un sabor amargo desagradable. Uno de los mayores beneficios de esta herramienta es que no requiere un elemento de calefacción, pero para este efecto, el agua debe estar a 200 grados Fahrenheit para una extracción óptima del sabor del café molido, dejándote con una taza más fuerte.